La reflexión de hoy

De nuevo por aquí, saludando a los amigos y leyendo sus comentarios. Gracias, de todo corazón, por hacer de este blog un lugar de encuentro e intercambio. A todos, comenzando por el jefe Apolo y siguiendo con cada una de las personas que visitan y aportan, así como a los que nada más leen, un abrazo muy amistoso.

Las noticias de la semana que concluyó no son particularmente estimulantes: los políticos siguen en lo suyo, es decir, conservar el poder, o luchar sin importar los medios para conseguirlo; la violencia sigue a sus anchas en el país; la educación, olvidada y hundida en la mediocridad, gracias en buena parte al sindicato de maestros, cuya nefasta influencia es por lo visto intocable; en los deportes, nada que celebrar, fuera de la imponente número uno del mundo, Lorena Ochoa, que es como la pera del olmo. No importa que no haya ganado este reciente fin de semana, imposible que ganara siempre, pero su desempeño es magnífico de todos modos.

Sin embargo, sigo convencido de que hay motivos para el optimismo. Cada día son más lo mexicanos que se unen a la banda que no sólo recibe mensajes, sino que piensa, critica, y lo más importante, actúa.

Acabo de leer un libro que les recomiendo enfáticamente. Se llama "Un día de cólera", escrito por el gran Arturo Pérez Reverte, autor de "La piel del tambor", "La reina del sur", "El club Dumas", entre muchas otras obras. Como seguramente saben sus mercedes, Pérez Reverte, antes de ser escritor de tiempo completo, fue corresponsal de guerra durante 21 años. El tema del libro que recomiendo, es la crónica del 2 de mayo de 1808 en Madrid.

Ese día, la población se levantó en armas espontáneamente contra el invasor francés, que mantenía en cautiverio en Francia al rey de España y pretendía llevarse al resto de la familia real, principalmente al heredero del trono. La gente -tal cual, la gente- se enteró, y se opuso con las armas que tenía a la mano. Ni el ejército español, fuera de un par de regimientos muy menguados, ni autoridad alguna apoyó al pueblo, por lo que el resultado de esa jornada fue una masacre histórica.

Pérez Reverte hace su crónica con la experiencia del corresponsal de guerra y con la pasión del novelista, más la acuciosidad del historiador que acude a las fuentes de archivo.

Léanla quienes gusten, y me encantaría saber su opinión. Mientras, reitero mis saludos y agradecimientos, y quedamos hasta la próxima aquí mismo, que es ya "mi" blog, igual que lo es de todos ustedes. Gracias particularmente por su hospitalidad e interés.

Por eso.


Enrique Vigil H

Lunes 5 de Mayo de 2008.